jueves, 7 de febrero de 2013

Despertar

 El viento agitando cabellos dorados, la luna reflejándose en los ojos de la verdad. A dónde ira el viento y lo que arrastra con él, a dónde pretende llevar todos aquellos susurros que todavía no llegaron a tus oídos. Dejarse llevar y volar y así hasta el fin, pero no sabes cuando vendrá el fin, mejor dicho, no quieres que llegue nunca. Sumergirse en la locura del deseo que arde en ti, que quema tu cuerpo y hace que salten chispas de tu pecho.

Vivo en un mundo de fantasía donde no importa cuanto necesites algo ni lo que sufras por ello, porque todo reside ahí, en el corazón, refugiándose temporalmente, pero solo temporalmente. Así pues, por esta razón, tuve que despertar y si no lo he hecho todavía, iré apurando cada minuto de este sueño. Y es que no se puede estar viviendo con tantas ganas de algo que no va a suceder. Duele.

 Si yo busqué dolor lo he conseguido, con los ojos cerrados he caminado, siguiendo a quien sabe que placer oculto entre las montañas de este misterio. Confundida, perdida, rendida, ya no se que es la realidad. ¿Es esto lo que quería de verdad? Por favor, sácame de esta oscuridad y llévame al sol, que no puedo ver. Que esto no es lo que parecía ser y ya me siento muy lejos de aquí.

 ¡Ilusa de mí! ¿Por qué eché a volar tanto mi imaginación? ¿Por qué la dejé llegar tan alto, sabiendo que cuanto más alto llegue más dolerá la caída? Cayendo estoy yo ahora del cielo, concretamente de la nube número 5.

Correr, gritar, huir... y volver a volar... Abre los ojos esta vez.