sábado, 25 de abril de 2020

Polen

Es suspensión en el aire tu respiración. Te recorre por el pelo las partículas de gas estelar. No tienes que concentrarte en nada más. A veces es difícil dejar la mente en blanco y más si eres alguien con las crines enredadas y una forma de ser que incita al galope. Las hojas de los árboles se dejan llevar por el frío sentimiento que las agita y el sol en la fotosíntesis. Tú formas parte de todo, eres uno con el exterior, con lo que te observa a kilómetros de distancia. Sólo me hace falta un teclado para dejar que el río siga su cauce, para dejar que fluya toda la polvareda rosa por mis venas, para sentir que soy un elemento más de la tabla periódica y que la materia se expande como lo hace el oxígeno en los pulmones y en la atmósfera. Suelto de la mano la visita que a veces me hacen los pensamientos, porque los dejo entrar y les escucho, pero sé que soy capaz de dejarlos ir de la manera más natural y mística. No tienes nada que esconderte a ti misma, simplemente deja que la sangre te acaricie por tus huecos de dentro, que vaciarás el cofre de los miedos si tienes tranquilidad. Hoy el sonido del arpa y el calor del sol en la cara te harán volar, déjate llevar por el viento como lo hace el polen, sin darte cuenta tu mente estará vacía y renovada con vistas a una ciudad en paz. Todo lo que tienes ahí dentro, hoy con peso ligero quiere salir por la ventana.

jueves, 16 de abril de 2020

Que vuelva a nevar

Que vuelva a nevar y tengamos de nuevo que abrazarnos para refugiarnos del frío. Que de mirar por la ventana ya me acostumbré, es mi modo de sobrevivir. Que caiga aguanieve y nos alerte de que le siguen copos grandes y ligeros, la fiesta del cielo y el confeti de la pureza. El suelo y las hierbas que se llenen de blanco y limpien nuestra mente al observarlo. Como dicen los abuelos y abuelas, cuando se ponga el cielo como la barriga suave y blanca de la mula. 

Que el cielo y el terreno no tengan límites, que se confundan camuflados en un mismo color. Miraré hacia arriba y derretiré puntos congelados en mi cara de felicidad, para no volver jamás a la monotonía. Porque nada volverá a ser como antes. Quisiera tener una excusa para poder volver a verla planear en trocitos, para poder estar otra vez junto a ti. Sentir que me arde la piel. Si puedo ver desde aquí los trazos claros en la montaña, también puedo percibir tus ganas de volver a abrazar.

martes, 14 de abril de 2020

Vamos lento

Está todo ahí, lo puedes tocar, pero se mueve. Se mueve sin ninguna prisa, sin saber qué va a pasar mañana.  Vives en el día, no te puede preocupar nada ahora. Los que estaban siguen ahí en algún lugar, te los tienes que imaginar, porque ya no les ves. Recuerdas tantas caras, pero te quedas con una. La de tu espejo. Hace mucho que no te maquillas y te has dado cuenta que estás mejor así. Estás en la comodidad absoluta, sentado en una nube suave y cálida, no como las del cielo. Mirando al vacío se pueden ver tantas cosas, tantas como recuerdos o imaginaciones que alguien pueda crear. Te has dado cuenta de que lo simple está rodeándote, pero lo complejo y diverso reside en tu interior. Y te hace cosquillas como si fueran las alas de un insecto. Nada puede salir mal ahora mismo. Vamos a mantener la calma, porque caminamos lento y mientras nos hacemos más fuertes sin darnos cuenta. Vienen momentos delicados, pero lo estás agarrando mejor de lo que esperabas. Delicada y frágil puede ser la mente, que con un soplido se expandirse por toda tu habitación, como una onda de energía y luz que llegará poco a poco hasta el espacio y las estrellas. Déjala que haga lo que quiera, porque es bueno, porque es saludable saberla controlar y tú entiendes sus mecanismos más que nadie. Vas a llegar muy lejos. Las tortugas son sabias, viven muchos años, caminan a su ritmo, el que les dicta sus sentimientos. Nos podemos relajar en un conjunto, un planeta al unísono, con los ojos bien abiertos. Que aunque no veas el horizonte, la hierba a tus pies crece y pronto verás el naranja del amanecer.

domingo, 12 de abril de 2020

La mujer que más admiro

Eres tan bonita
con tu piel suave
y tu pelo liso
que el sol te imita

Nos regalas tu bondad
cuando estamos a tu lado
nos miras y nos hablas
nos das tranquilidad

Eres poderosa
puedes hacernos grandes
cosechas tu fuerza
y recogemos una rosa

Construimos una vida
¿has visto lo que somos?
es gracias a ti
por tu amor sin medida

Eres única en el planeta
buena, risueña y atenta
siempre dispuesta a todo
a volar cienmil cometas

Te debemos todo
fabricaste nuestro ser
y salimos adelante
del más invencible modo

Eres la razón
de nuestro bienestar
la mujer que más admiro
que nos da su corazón

Que no cese tu ilusión
no pierdas tu juventud
seas libre siempre
y hagas de tu sonrisa
nuestra mejor  pasión

sábado, 11 de abril de 2020

Primavera

En esta primavera yo tengo una flor. La llevo conmigo y la dejo florecer y vivir donde ella quiere. Sus pétalos tienen los colores más vivos que nuestros ojos pueden percibir. Es lo mínimo que puedo decir sobre toda la alegría que me transmite, porque las flores también se ríen y yo siento su sonrisa allí donde sea que haya echado sus raíces. 

No se olvidan tus ganas de vivir la vida. Tus lágrimas de rocío no las pudiste soportar, pero sé que lo hiciste porque no eres digna de ser plantada en este suelo, tú querías otros paisajes más bellos, lejos de la grisácea atmósfera de tormenta. Tranquila, porque no vas a dejar de ser única, tus pétalos suaves nos rozan la piel cada día. 

Pudiste trazar un arco con tu luz y la lluvia estacional. ¿Cómo no querer alzar la vista y mirar al cielo al amanecer? Siempre contagiabas a todos tu energía y tu ilusión por comerte el mundo. Eres tan pura y natural, que atraes a cualquier agua tibia de la montaña. Desde que eras semilla estabas destinada a dejar esta huella en el planeta, ¿lo sabías?

Dicen que las flores, cuando se marchitan, es porque van a permanecer por siempre sanas y bonitas en el corazón de quien las miró con buenos ojos y las tuvo la suerte de apreciar. Bueno, en realidad, eso lo digo yo. Y por lo visto, es cierto.

jueves, 9 de abril de 2020

Habla, te escucho

Todo el mundo hablando del deber, de la razón y de la prudencia. Indicaciones de lo que tienes que hacer. Pero no de lo que quieres. ¿Qué es lo que sientes? ¿Cuáles son tus inquietudes? ¿En qué piensas cuando el cuerpo se te inunda de latidos del corazón? 
Yo te puedo contar mi vida, te puedo cantar, opinar sobre ti, pero no quiero eso. Quiero escucharte. Sintámonos en armonía. Siempre fuiste un alma inquieta, una persona que quería tocar el cielo sin olvidarse de lo valioso que son los pasos en la tierra. Cuando eras infante tenían que haber dejado que dibujaras tu camino, aun que cambies de opinión con el tiempo, no perderías la esencia. Cuando eras menor de edad pudieron haberte dejado equivocar más veces. Lo que importa es el presente. Tú y yo conversando. Hablar de lo que existe, los sentimientos son reales y se pueden tocar. ¿Qué es lo que te gusta hacer?

¿Qué quieres ser?