viernes, 18 de junio de 2021

La sonrisa de la luna

Hoy la luna parece un gajito de naranja. Yo intentando dibujar mi sonrisa y resulta que la tengo en el cielo. Muy alto, donde ni los ladrillos ni los tejados alcanzan, entre los muros que dejó un día duro. De tanto reír le ha dado vergüenza y se esconde totalmente entre las nubes. No sabe que sigo notando su brillo allí donde esté. Dividida en dos mitades diferentes, pero compenetradas.

Me apetece estar en un bosque por la noche. Pasear y quedarme quieta de repente, de pie o sentada en el frondoso suelo. Sentir el silencio del viento al traspasar las hojas y el frescor de un ambiente húmedo. Mirar hacia arriba hipnotizada entre las altas copas de los árboles, mirar las estrellas que ellos me dejen ver y la luz de un satélite que hoy quiere hacer brujerías.

Hay miedos que se han ido y hoy soy consciente, por eso estoy disfrutando aquí. La tranquilidad de un lugar vacío de pensamientos pero lleno de almas salvajes como la mía. Pronto unos ojos me mirarán, pero saben que soy uno más, que estoy aquí por la misma razón que ellos. Me giro y a mis espaldas todo es uniforme.

Las nubes vuelan con lentitud y muestran siluetas puramente tenebrosas. ¿Qué podremos hacer en la noche para confiar en ella? Hace falta una previa paz y limpieza de ruidos para estar preparado en un nuevo amanecer. Concentrémonos en el color negro, la textura áspera de las cortezas, el leve crujir de las hojas bajo mis pies.

No tengo prisa al caminar. Aún que ya vaya teniendo frío y parezca que voy sin rumbo, en verdad se donde voy. El blanco de mis dientes, la feliz memoria y pensamientos de calma, se pueden ver en la oscuridad. Te voy dando más pistas, me subo a esta roca porque no me ves entre la niebla. El acolchado musgo me hace parecer que piso las nubes.

Miro de nuevo hacia arriba. Gracias por enseñarme que podemos tener actitud con un poco de luz y una sonrisa, incluso a estas horas, cuando la magia se confunde con la imaginación. Esta vez me has ayudado, se que tienes cráteres y que algunos días tú lo pasaste mal, pero mañana no hará más falta que lo que hoy he recargado.

Visitaré más este lugar, procuraré no hacer ruido, algo difícil para mí. Nunca pensé poder estar aquí, quizá es el lugar donde van los pensamientos de la superación o deseos de simplemente, estar unas horas a solas. Es el aleteo de alguien que se asusta, no era mi intención, lo siento, tu nido y tu agudeza visual estaban primero.

Sólo me queda cerrar los ojos por un momento antes de marcharme. Sé que no molesto, nadie ha hablado de peligro. Las raíces sustentan ahora las imágenes que han visto estas plantas centenarias. Ni me imaginaba que el hechizo, la confianza y la protección, los iba a lanzar yo, en el mismo sitio, que quién sabe quién, también hizo lo mismo.

Cuando el día se apaga es un buen momento para andar por tu bosque, para no hacer nada y sentir la sangre oscura por tus venas. No hace falta hacer preguntas si no las hay, valiente animal nocturno, lo que necesitas está dentro de ti. Volveré, cuando nadie sepa ni se cuestione donde estoy, cuando duerma el siniestro amor. No te lo he dicho todavía, pero antes he intuido que algo me ha seguido hasta este lugar.

 

Ya oigo ese tierno sonido, viene a buscarme… o mejor, voy yo a por él.

 

 

 🌓

En el hemisferio de la luna que no da el sol, 

donde el viento hoy corre a mi favor, 

se esconden las bondades que aún nadie reconoce.