Después de no conseguir lo que querías, después de tanto esfuerzo, tantas ganas que describir, llega el momento en que ya no sabes que sentir. Esto es porque parece tan difícil e inalcanble que parece ser el sueño de otro, no el tuyo. Quizá ese no era tu camino y tú te empeñabas en perderte por él, quizá haya otra meta en otra dirección que no pensaste en trazar.
No es fácil llevar el modelo de vida que estaba planeado, porque nunca sabes lo que va a pasar. Es así. Tampoco puedes estar viviendo pensando todo el rato en el futuro... ni en el pasado, porque sino, ¿cómo vives entonces el presente? Este es el tiempo más importante de tu vida, lo que está pasando ahora. No lo dejes escapar y vívelo como si no hubiera un ayer, como si no hubiera un mañana.
No todos los días van a ser color de rosa, porque hay más colores. No todos los días va a salir el sol, porque también tiene que llover. No todo el camino va a ser fácil, porque también hay montañas que tienes que escalar.
Deja de darle vueltas a las grandes cosas que te destrozan el alma, hay pequeñas cosas que estaban ahí y ni te habías enterado. Pequeños detalles que son los que realmente te hacen sonreir. Créeme, ¡todo es tan sencillo y tú lo haces tan difícil!
Lo se, no entiendes el porqué de esos asuntos a los que llamas sinvivires, y yo te entiendo a ti. Por eso te intento convencer que de que el vivir bien no es vivir la vida que no tienes. La vida es lo que pasa mientras tú te empeñas en hacer otra cosa.
