No
hay jaulas en la naturaleza. Nada es propiedad de nadie. Todo está en orden y
los sonidos de los cantos trasmiten serenidad, el estado más puro.
Sin
ningún tipo de opresión o miedo van de una rama a otra y pasan por al lado de
tu ventana. Sin ningún tipo de rencor.
Nada
les para el vuelo, sólo el cansancio de tanto desfogue. No hay motivos por los
que no reunirse en la tranquila acera.
Es
tu deber que perdure ese sentimiento de libertad. Las jaulas están en nuestra
mente. Y yo en un mundo imaginario.
Todos
tenemos pájaros en la cabeza.