sábado, 20 de marzo de 2021

Se me olvidó...

 Se me olvidó dejar fluir las cosas. Cuando están en su curso ya tienen su total energía para avanzar, es innecesario aplicar más. Todo lo que tenga que ser va a ser por su propia cuenta. Un escalón lleva a otro en una subida. Cuando no piensas tanto aparece lo inesperado.


Se me olvidó el leer un libro sin obligación, escuchar una canción sin devoción, caminar por la tierra del sendero glorioso, el silencio de la naturaleza.


Los días me hacen cantar, las noches me hacen llorar. Todo está en su sitio, es así la caminata, los pies descansan cuando el alma lo pide. Me merezco un buen trato. Me daré cuenta que merezco algo mejor.


No soy un robot, dejo que la nostalgia me entre airosa por la nariz y la dejo salir por la boca, porque todo es conducido por la vía que marca tu orden, tu paz.


No me acordaba que existía el zen, ni que las velas y la magia significaban algo para mí.


Hoy no toca ser una piedra pesada y quedarse en el sitio, en la fría hierba. Cuántas veces me he quedado mirando al cielo buscando las estrellas en una noche ventosa y nublada. Cuántas veces he pedido a la nada que vuelva lo que un día me robó el desamor. Los ecos que habrán vuelto tras gritar en la cueva del desespero, los murciélagos que he ignorado, que han volado queriendome guiar a la salida.


Hoy las montañas están cubiertas de luz y calor del sol, las nubes hacen que a su alrededor haya un mar de sombra. Como si fuera una isla. Recordemos la brisa marina y las inmersiones de las sirenas que nos quieren guiar, meterse en nuestro corazón.


Vámonos yegua, por el bosque de decir adiós a todo lo que nos hace mal, a intentar comprender que lo que hoy no está con nosotras, es porque no es su sitio natural. Perdónate a ti misma.


Y si tiene que ser, no nos vamos a detener por mucho tiempo más.


Se me olvidó que yo soy feliz a mi manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario