Es la lucha interna
de seguir en esa oscuridad
o salir adelante.
Estoy cansada,
ya se me está apagando la luz,
siento cada hueso reposar
sobre los músculos de mi cuerpo.
Un silencio rodea mi cama,
como si estuviera en el más inhóspito
rincón del campo planetario.
Las blandas almohadillas del gato,
desatan el susto con el ronroneo,
porque no le he visto llegar.
También él descansa sobre mi cuerpo,
como cada pensamiento agradable
que deseo estampar en mi piel.
Atrapada en la inmensidad del espacio,
a través de la oscuridad de la noche,
mañana será otro día,
pero hoy pienso demasiado.
Si te digo la verdad
me va pesando el alma,
porque no he descargado las piedras
de la ansiedad.
Debe ser esto el comienzo
de una nueva visualización
y forma de entender
que la vida es el ahora,
no las preocupaciones.
Puede ser que ahora me mires y comprendas
lo que yo sola no he podido ver
todos estos años.
He adquirido la paz del significado
de mi existencia,
apartando las cortinas de la polvareda
de este corazón cicatrizado.
Intento aprender con el tiempo,
pero lo que el tiempo no sabe
es todo lo que tengo gracias a él,
como si fuera magia.
Descansemos hoy de esta vida
tan injusta.
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